La Relación del dolor de espalda y el dolor emocional.

Cuando los antinflamatorios, relajantes musculares, natación, estiramientos …. Ya no nos funcionan, cuando sufrimos de dolor de espalda, es que en realidad padecemos dolor emocional.🙏

¿Qué quiero decir con esto?

El sufrimiento emocional es el indicador de que alguna parte de nuestro ser esta rota. Esta lesión que no se ve, se somatiza generalmente en forma de dolor de espalda, cefaleas o problemas digestivos.

El modo en cómo nos afecten las emociones en la espalda dependerá siempre de nuestra destreza para gestionar las preocupaciones, y esas tensiones diarias que elegimos esconder antes que estudiar o analizar.

Sabemos cómo afectan las emociones a la espalda, porque sabemos que la mente tiene un vínculo directo con nuestro cuerpo. El cerebro organiza ese control – a veces despiadado- donde cualquier preocupación, enfado o problema no resuelto, hará de nuestra espalda su sala de torturas particular.

Tenemos que aprender a cuidar de nuestras emociones tanto como de nuestra alimentación y nunca nos tenemos que olvidar de lo importante que es movernos.

Te lanzo la pregunta del millón:

👉 SOLTAR DUELE, PERO… ¿Y SOSTENER LO INSOSTENIBLE?

Huir de lo que te asusta es una forma de perder la dirección de tu camino: al hacerlo te alejas más y más de lo que buscas.

Si tienes miedo de enfrentarte a esa situación o persona, ahí es donde esta el nudo que hay que disolver.

Ese nudo que si se reconoce y se enfrenta te dará las llaves de tu libertad.

Así que, a partir de ahora, cuando sientas incomodidad, irritación, miedo y preocupación: NO huyas. ¡¡Escucha lo que sientes!!

Y con valentía y determinación adéntrate, para descubrir esa riqueza que se esconde en tu incomodidad y malestar.

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